La llamada de la selva.

       Crónicas del Bota Negra.


Mi colega el Chingaovejas dice que el mundo se va al carajo. Y no sabe cuanta razón tiene esta vez, no lo digo por que el precio de la vaselina se haya disparado con el cambio al euro, ni por la burbuja inmobiliaria, ni por tener un presi del Barça. Lo digo por esas pequeñas cosas que vemos días a día.

Y es que a la gente, la libertad le ha empachado. Estamos borrachos de libertad y nos creemos que tenemos unos derechos inalienables garantizados por la constitución. Por eso ves a esos padres treintañeros con sus hijos, menores de 6 meses, en un bareto pasada la media noche. Un par de ostias les daba, a los padres claro, con el puño cerrado para que sangren.

Luego tenemos los imbéciles que se creen con derecho a protestar por todo, que si el desfile de las fuerzas armadas, el puerto exterior, la casa nueva del alcalde. Ahí van de activistas, y no saben que mientras ellos militan y se manifiestan, sus respectivos y respectivas se están follando en casa al Butanero o a la dependienta del Pryca. Las piernas les partía, para que sepan lo bien que se está quieto.

Y luego tenemos a las sociedades gestoras de derecho de autor. Ramoncín, el propio rey del pollo frito y otra panda de olvidados. Por mucho que se empeñe Miguel Ríos de que los viejos roqueros nunca mueren, cuando se empieza siendo mediocre en un país de mediocres se termina uno perdiendo en la podredumbre general. Eso sí, con buen talante, gilipollas y además felices de serlo. Toma talante. Me cago hasta en la reencarnación.

Bueno, pues hasta aquí hemos llegado. Dad la bienvenida al Los Niños del Maíz. Los Niños del Maíz nos pasamos el talante por el forro de abajo. Los Niños del Maíz han nacido raros, frikis pero con ganas de dar caña donde haga falta.

Venga, gritemos todos una vez más, ME CAGO EN EL TALANTE DE LOS COJONES.


*Colaboración enviada por: Jordi el del remo.