Que malo es tener de que pedir ( 4ª parte )
Lamentáblemente, lo de las pecas se fué al traste.
Toda la ilusión y ganas que el Little había puesto en salir de la calle no han llegado a buen puerto.
Todo sucedió la noche en la que iba a proponerle a la pecas tener una relación. El little, consiguió que su jefe del restaurant, le cediese el local una noche para ofrecer una cena íntima y romántica de esas que se recuerdan toda la vida. Se gastó medio sueldo en comprar las mejores viandas, caldos y flores. Apañó su esmoquin del trabajo para hacerse un traje, y contrató al Snack Rabbit, antiguo compañero de caja de cartón, para amenizar la velada con el violín destartalado que solía tocar en la calle Real para sacarse unas perras. Todo era perfecto, hasta se permitió el capricho de rellenar las botellas de vino con Don Simón, para ver si la emborrachaba fácil, y que todo fuese sobre ruedas.
Esa tarde, cuando iba al encuentro de su amada para hacer la invitación, el mundo de repente se le vino a los pies. Allí estaba, delante de su portal, y maravillosa como siempre. Su sonrisa se adelantaba a las palabras, y su figura no dejaba lugar a dudas de su atractivo inusitado.
A su lado, estaba él.
El little, se comportó como un caballero y dandose la vuelta se fué para nunca más volver.
Sobrepasado por los hechos, por la esperanza que había inundado su corazón con ganas de superarse, se tornó tan sólo en unos segundos en desesperación y miseria.
El little, ha vuelto a la calle.

Toda la ilusión y ganas que el Little había puesto en salir de la calle no han llegado a buen puerto.
Todo sucedió la noche en la que iba a proponerle a la pecas tener una relación. El little, consiguió que su jefe del restaurant, le cediese el local una noche para ofrecer una cena íntima y romántica de esas que se recuerdan toda la vida. Se gastó medio sueldo en comprar las mejores viandas, caldos y flores. Apañó su esmoquin del trabajo para hacerse un traje, y contrató al Snack Rabbit, antiguo compañero de caja de cartón, para amenizar la velada con el violín destartalado que solía tocar en la calle Real para sacarse unas perras. Todo era perfecto, hasta se permitió el capricho de rellenar las botellas de vino con Don Simón, para ver si la emborrachaba fácil, y que todo fuese sobre ruedas.
Esa tarde, cuando iba al encuentro de su amada para hacer la invitación, el mundo de repente se le vino a los pies. Allí estaba, delante de su portal, y maravillosa como siempre. Su sonrisa se adelantaba a las palabras, y su figura no dejaba lugar a dudas de su atractivo inusitado.
A su lado, estaba él.
El little, se comportó como un caballero y dandose la vuelta se fué para nunca más volver.
Sobrepasado por los hechos, por la esperanza que había inundado su corazón con ganas de superarse, se tornó tan sólo en unos segundos en desesperación y miseria.
El little, ha vuelto a la calle.

9 Opiniones:
El little está sufriendo, en estos momentos es cuando hay que estar con él.
el nudo es la foto..
acabo de llegar y ya me estás dando trabajo.. desde luego.. tienes que ser un encanto.
Eva guapetona..ya habíamos pasado ese enlace a todo el mundo. muchas gracias..
Qué pintaaaaaaaass!!!!
Lo que hace el aburrimiento. A ver si rascamos menos el escroto.
mm... veo que tras la máscara del anonimato se oculta el reconfortante sentimiento de impunidad. Aún así si nos sigues visitando es que sin duda, adoleces de todo lo que criticas. Bienvenido al blog..
Propongo el curso "Escribir sin faltas de ortografía es fácil, si sabes cómo".
Lección nº1 "El corrector ortográfico".
camilojosecela seguro que escrivía sin faltas de hortografía, pero era un tipo que bendía a sus amigos a Franco.. además estamos trabagando, no hay tiempo para pequeños detalles..
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