Jesusito de mi vida..

Comprarse un coche, puede llegar a ser toda una aventura. Pero para mi, tal vez lo más llamativo sea la similitud, con lo que antaño era ir al mercado a tratar con ganado.
Contaba mi abuelo, que la negociación era toda una ceremonia que debía seguir un protocolo preestablecido; se trataba con los distintos oferentes a la vez.. eso sí, era imprescindible llevar la garrota, por si alguien se metía en medio de las negociaciones tratando de subir el precio.. y al parecer además de disuasoria, era tambien efectiva cuando se empleaba.

Hoy en día, el asunto no difiere demasiado. Un coche tiene un precio recomendado por el fabricante, pero "todo" el mundo sabe que de ese precio tras previa negociación y duro regateo, uno puede conseguirlo por una suma bastante inferior.
La negociación, es un proceso estúpido, en el que el vendedor siempre utliza los mismos argumentos: De este precio no bajo ni un duro.. Cuidado, que el mes que viene suben los precios seguro.. Compre este modelo de 150 cv. porque el de 120 cv. no es muy fiable..
Esto viene, a que el sábado pasado fuí con Domedo a Renault Caeiro, ( donde por cierto yo compré mi coche no hace mucho), y como no estaba el vendedor que yo conozco, nos atendió un tal Jesus..
Este tal Jesus, de unos treinta y tantos, y complexión debilucha, es el paradigma de los vendedores de coches.. siguió fielmente todos los argumentos que le han explicado en el cursillo para vendedores de pacotilla, incluso adaptando el lenguaje y utilizando expresiones callejeras para estar en sintonía con sus clientes jovenzuelos.. que estaban allí para picar el anzuelo, y aceptar el precio que él nos proponía, para poder llevarse una jugosa comisión.

Se esforzó en explicarnos que el no quería perder el tiempo, y que daba un precio final, y que de ahí no se movia.. que si en otro sitio nos habían dado un precio inferior.." pues de puta madre, compradlo allí".. "Tú colega tiene razón".."Me la trae al pailo con quien vengas".. en un tono muy maleducado y superlativo que iba in crescendo a medida que sus chorradas mañaneras salían de su boca adornada con un Guggenheim formado por piños.

Cuando dijo eso último, ya me cabree los suficiente, para dejar de hablarle, no me levante y me fuí, porque Domedo es más tranquilo que yo, y realmente lo que quería era irse de allí con la información que necesitaba. Lo que es evidente, es que Domedo no va a comprar el coche a través de este energúmeno.
Luego nos fuimos al concesionario que hay camino Arteixo, y además de recibir un trato profesional y agradable, nos explicaron detalladamente ciertas cosas, que contradecian las que nos había dicho Jesusito. El precio de los modelos que nos interesaban, eran también inferiores.

Lo que no sabía Jesusito el otro día, es que hoy me voy a pasar de nuevo por el concesionario, para hablar con el vendedor que conozco..( que seguro mejora el precio del Jesusito de los cojones, y el del otro concesionario), y le voy a contar lo maleducado que ha sido para que se lo haga saber a quien tenga que saberlo..
De todos modos, es una pena que se haya perdido la tradición de llevar consigo la garrota.. no os parece?.



Éste podría ser Jesusito.